Por sus efectos “ràpidos” en unos trastornos (como por ejemplo la ansiedad...), adicciones, traumas,
para (re)conectar y equilibrar cuerpo y mente, sín prescripción ni medicamentos, la hipnosis atrae cada vez màs... y cada vez màs a los jovenes adultos.Sín aparencia ninguna con ningún truco de magia o con un mero gadget terapeútico, la eficacia y el caracter natural de la hipnoterapia hace que es cada vez màs utilizada.
Nuestra mente funciona en un continuum de estados de conciencia que va de la vigilia al sueño profundo, pasando por la ensonación y otras vivencias simples de disociación. Al soltar el estado conciente, en el estado de conciencia modificada, es cuando surjen ideas nuevas; cuando en hipnosis, es como si estuvieras mirando por un teleobjetivo: lo que ves sale con muchos mas detalles, y no se ve tanto lo que està alrededor.
Hoy en día vivimos con un “Yo” consciente muy presente. Las pantallas, las carreras de velocidad, la competividad, las circumstancias estresantes nos mantienen en una inercia psiquica. A expensas de nuestra creatividad.
Pero nuestro equilibrio requiere del acceso a nuestra interioridad, de un dialogo entre nuestra menta conciente e inconsciente, de estar en el movimiento de la vida, cambiando y adaptandose. La inducción hipnótica (y la ensonación) permite conectar con este “Yo” màs profundo, permite una ligera discociación para que la persona pueda vivir su realidad de manera distinta, creativa, provechosa. Una vez en estado hipnótico, las sugerencias hipnóticas ayudan a la persona a metamorfosear su problema, a controlar sus reacciones físicas frente a factores y pensamientos estresantes, aumento su autocontrol de las emociones y sensaciones, a utilizar su creatividad para vivir mejor.